Un relevamiento nacional muestra que solo la mitad de la población se siente feliz. Jóvenes y adultos de 50 a 59 años encabezan la caída
El 2025 no solo trajo desafíos económicos y sociales. También golpeó de lleno en un aspecto íntimo y silencioso: la felicidad.
Según el Observatorio de Tendencias de Insight 21 de la Universidad Siglo 21, apenas el 50,9% de los argentinos dice sentirse feliz con su vida. Es el índice más bajo en ocho años y significa una caída de 3,6 puntos respecto al último trimestre del 2024, cuando la cifra llegó al 54,5%.
Lo más preocupante es que este retroceso se extendió a hombres y mujeres, en todas las edades y niveles educativos. Pero hay dos grupos que sintieron el golpe con más fuerza.
Los jóvenes de 18 a 29 años y las personas de 50 a 59 años se ubicaron en el fondo de la tabla del bienestar emocional. Entre estos últimos, la felicidad cayó un 11,5% en apenas un año, una cifra que revela el fuerte impacto de los cambios sociales y laborales en este segmento.
El informe también muestra que la educación influye en cómo se percibe la felicidad. Aunque el descenso se registró en todos los niveles educativos, hubo una excepción: quienes cuentan con posgrado. En este grupo, la cantidad de personas felices creció del 65,4% en 2024 al 69,4% en 2025.
Cómo se mide la felicidad
El estudio no solo pregunta si la gente se siente feliz. También analiza otros indicadores:
- 44,3% siente que logró las cosas importantes que desea.
- 34,8% está conforme con la mayoría de los aspectos de su vida.
- 31,9% asegura que no cambiaría nada si pudiera vivir su vida otra vez.
En todos los casos, hubo caídas interanuales, incluida una baja de 7,3 puntos en la conformidad general con la vida.
Una señal de alerta para el futuro
“La felicidad no es solo un número: es una herramienta para construir futuro”, remarcó Florencia Rubiolo, directora de Insight 21.
El Observatorio advierte que medir el bienestar ayuda a diseñar políticas públicas y privadas que fortalezcan la salud mental, la resiliencia y la cohesión social, en un país donde el ánimo colectivo atraviesa su punto más bajo en los últimos años.